viernes, noviembre 26, 2004

¿Qué sería de mi vida si tu vida fuese mía?

martes, noviembre 23, 2004

Ya no sé qué poner... está amaneciendo, te extraño y con los pájaros cantando mi esperanza débil se ensancha un poco. Quisiera ver este amanecer con tus dedos entre los míos...

lunes, noviembre 22, 2004

Es una fábula hecho instante fugaz, como el amor ardiente de un segundo extenso que se adueña del tiempo y el espacio, y todo lo contiene, y lo llena todo. Así es tu gesto y mi sentimiento, de la mano, persiguiéndose aleatóriamente sin tregua y con mucha paciencia. Pero sé que tu voluntad no lo busca, y yo hago que lo encuentre, aunque sea sólo un dulce cuento fantástico que nada tiene que ver con la realidad. Tus ojos escasos, tu boca abismal haciendo eco de tu sueño, y toda la ternura del universo viene hacia vos como si fueras EL imán.
Vos y la luna, y el sol, y vos, y el cielo y el jardín y vos y el espíritu blanco con propia vida de inspiración divina y vos. Ocupás cada lugar entre los avatares de la belleza, cada espacio vacío entre dos milagros. Sos el complemento ideal de la perfección, pero preferís obviarla y obviarme, aunque sea inconscientemente.

viernes, noviembre 19, 2004

Hoy no te debo tanto, pero me siento en deuda igual, así que dejo la pequeña reflexión de un sueño que no fue:
Sé que te extraño, porque no estás ni estuviste, entonces no hay forma de que sea diferente a esto. Pero también sé que no duele tanto, que es más light el estrépito de la caida a una realidad vacía de vos, ya como un grito normal de desesperación aunque sin tanto desgarro en él.
Y sí, cada vez me cuesta menos y me arde más (quererte).

jueves, noviembre 18, 2004

Me voy volando por ahí... y llego a algún lado que desconozco. Infinito, sí... así parece. Nonono, no es que esté esperando a alguien. O quizás sí... ¿tendrá ojos profundos de roble? ¿piel de corazón de avellana?
Es que viene despacio, o yo ansío demasiado, pero no puedo más. Me corroe la mente. Y el beso de encuentro, formal nomás, cachetes siameses por un instante de pequeña gloria para mí.
¿Y ahora? Hay que declarar... como ante un juez, pero más nervioso y menos seguro...
Nunca las palabras fueron un picaporte tan decisivo: abrir la puerta del destino y encontrarse cara a cara con un futuro excluyente. Almohada, sálvame de este terror.


miércoles, noviembre 17, 2004

Vuelta al trato onírico, como si fuera la mejor relación que pudiéramos tener, o la única, o el mejor ámbito para desarrollar todo este estancado y dulce océano que me remueve el pecho.
Pero con absurdos, y no tanto. Simples imágenes, bastante poco comunes, con seres inexistentes, encarnando vaya uno a saber qué miedos, y él, otro inexistente, o tácito o etéreo, y vos, sublime, y yo, igual.
El telón sube y baja, y hay actos diferentes, en escenarios que van desde lo más conocido hasta el apocalipsis menos imaginable. Mientras tanto, mi cuerpo da vueltas entre resortes y sábanas, incrédulo pero sumiso, ahogado por ese espectro paralizante del que es presa.
Finalmente el hechizo culimna, y todo escapa como agua entre mis dedos, como las nubes, para dejarlo tan vacío como siempre estuvo, ya sin maquillaje.
Alabada sea la horizontalidad fantasiosa.

martes, noviembre 16, 2004

¿Tendrás la más remota idea de que las manzanas que dejo caer del árbol son todas para que vos te alimentes y puedas regarme con agua de tus pequeños arroyos?
Quisiera que te enteres de que toda mi primavera es para vos.
Verte en diferido se vuelve un poco adictivo.
Hay una sonrisa, y los dientes son barrotes que me rodean. Hay una mirada, y las pupilas me atan con magia invisible, onda magneto psíquico. Hay un rostro de vos (gracias Marito) y sin embargo, es tan espléndido y panorámico que podría ser una cascada, una montaña en otoño o el mismísimo lago paradisíaco. Porque hay más en tu belleza de lo que un ojo exprime.
Pero el cuadro no termina. Resulta que a tu lado estoy yo, con una sonrisa enorme que es la paradoja perfecta de mis ojos diminutos. Y tu cabeza sobre mi hombro... milagro de milagros de la dulzura. Si se puede retratar el sueño de un alma enternecida, esa imagen es la obra maestra. Es como que coronaras mi humanidad con tu belleza. La muerte puede estar segura de que, si se pega una vuelta, tengo una cosa pendiente menos en mi lista de "maravillas del mundo".
No hay más que decir por "ahora".

lunes, noviembre 15, 2004

No sé qué queda por escribir después de una lluvia tan furiosa y tierna a la vez.
Ahora está despejado, pero tuve más sol en el gris amanecer de ayer. Mucho más.
Y qué feo se siente esperar el sol sabiendo que no va a repartir tanto calor, ni tanta alegría... y eso que él sabe lo que es hacerme bien.
¿Qué competencia puede haber entre la estrella que está a años luz y la estrella que, aun sin tocarme, me quema a un paso de distancia?
Bah... me quema, me arde, me asfixia de una ternura indescifrable, de esas que uno no sabe por dónde se meten, y que cuando las quiere sacar, termina dejándolas más adentro todavía, no sé si por inútil, terco, necio o qué...
(... pero te quiero).

viernes, noviembre 12, 2004

Dicen que querer es poder.
Si te quiero, ¿te puedo?
Porque vos a mí sí...

miércoles, noviembre 10, 2004

Principalmente, y antes que nada, te extraño.
Un cielo de piedra que se hizo polvo y llora. Una murga de gotas en mi techo, en mi jardín y en mis ilusiones. Y la distancia de pocas cuadras y muchos sentimientos, como guirnaldas en el salón de fiestas para que baile mi situación con tu ausencia. Todo eso es el extremo de la más austral costa que hoy soy yo. Y ahí, en ese lugar, bailo poco y río menos, aunque estallo esporádicamente con ciertas pequeñas convicciones inútiles que saben su realidad pero no gustan de creerla para seguir colgados al triste quizás embustero.
Estás ahí... sé dónde encontrarte, pero no. Y no es que no porque no. Es no porque, por más que te vaya a buscar, siempre va a haber un contestador, una puerta o una madre, o una diferencia de artes, o el cielo nublado o la llave equivocada. Pero quiero. Quiero buscarte, encontrarte, mirarte, abrazarte, decirte, respirarte. No sé hasta dónde, no sé los límites, pero joder que los hay, y no sé no mirarte sin toda mi dulzura aglutinada, me duele abrazar a la situación en lugar de a vos; decirte lo que te digo no es decirte lo que quiero, lo que te quiero; tu perfume, eso sí lo respiro... pero es tuyo, no es vos, no toda vos, sólo esa parte de vos que es de propiedad pública.
Entonces me queda sólo ese lugar vacío que dejás cuando te movés, como vos pero escapándote, como la carrera hacia donde no se llega nunca. Quisiera que no fueras invencible.

domingo, noviembre 07, 2004

Cumpliría la condena perfectamente si me enjaularan por el crimen de ser feliz con sólo olerte. ¿Sería cadena perpétua por el agravante de amarte? No importa. Pero estoy encadenado a este suceso, a esta nueva era que arrasa con mis perennes ganas de apostar. Ganas que ganan aunque no tenga ganas de que así sea.

sábado, noviembre 06, 2004

Salvame de la decepción de un mundo tan poco habitable como la noche sin vos, porque no quiero más inyecciones de condena día tras día, a sabiendas de que los barrotes están bien lustrados, tienen 220 y un dragón hambriento del otro lado (por si las dudas...).
Por eso necesito que me rescates, porque no hay forma de escapar sin una dosis de magia que me transporte, sin un par de alas que me ayude a subir hasta lo más alto, donde no llega el smog, ni la contaminación, ni los hijos de puta.
Pero me parece que tus vuelos están ocupados, en otros horizontes, en otras celdas, en diferentes planos de este mundillo tan poco amable con sus turistas. Quizás prefieras otros destinos, eso no puedo saberlo todavía. O quizás no te interese este ni ninguno, lo cual es igual de triste. Porque me has dicho que nunca hubo flores en tu jardín, y yo, iluso por naturaleza, soñé con plantar y ver crecer hermosos jazmines. En cambio ahora esa fantasía parece marchitarse sin siquiera haber brotado, como todos los días por estas horas, como todas las condenas, como todas las jaulas.
Necesito el abrazo redentor con suma urgencia. Necesito la caricia libertaria, dada por una mano pequeña y blanca, casi simbolizando esa paloma, con todo lo que significa. Necesito arder en una mirada, y consumirme entre dos pupilas.
Y es así que va de nuevo, tacho otra vez el calendario, me dirijo hacia la horizontalidad, a rezarte con los sueños, a tratar de respirar con la inconsciencia un poco de aire puro, libre de hombres que son los dos bandos de una guerra, de suelas que pisan cabezas, de miradas con toldo, de plantas-jaula y cosas por el estilo. Hacia mi dosis de libertad.

viernes, noviembre 05, 2004

Si fuera un alma y tuviera que elegir el lugar para vivir, me inclinaría por tu mirada, ese pozo sin fondo de magia y oscuridad, ese misterio de la consideración.
Aparte, verme verte debe ser un espectáculo muy simpático.

miércoles, noviembre 03, 2004

Ese aroma a ambiente fresco y renovado es el que toma la posta para perfumar un momento de extrañas características: viejas y hermosas novedades, molestias recurrentes y un presente atascado.
Quisiera que el presente tuviera chapa de futuro, que las novedades hicieran pie en esta pantanosa actualidad. Más que nada porque ya va siendo hora de un despegue, de abrir alas y arrancar para otro lado. Soy animal nómade, más allá de mi cuerpo sedentario, y necesito explorar, puesto que ya saqué todos los frutos de este estatus, al menos por el momento. Y hay que emigrar. Pero los vientos y el clima andan inestables, y no sé para dónde arrancar, no me convencen los destinos en boga, y estas nuevas presencias me dan algo de miedo, aunque un par de lindas esperanzas (una para cada ala). Espero que las resistan.

lunes, noviembre 01, 2004

"Perfecto, como la noche, como el aire tibio que no sé de dónde llegó para copar el ambiente. Así de perfecto fue ese momento, esos veinte minutos, esa media hora de noche perfecta, de tu voz, del barrio.
En algún rincón de mi vida siempre soñé con un momento así, era como algo que hacía eternidades no pasaba. [...]
No sé por qué, como no supe por qué en aquel momento cuando, en cambio, sí supe que había algo extraño en mi forma de mirarte. Y no sé en qué momento salté (si es que ya lo hice).
¿Vos querrás tirarte? La cantidad de veces que me pregunté eso no tiene nombre.
Y ahora llueve.
¿Algún día leerás esto? ¿te lo leeré? ¿lo leeremos juntos con una risa tierna, débil, endulzada por mi ingenuidad? ¿o lo leeré en un futuro medio como el capitán que lee la bitácora de una derrota?
¿Habrá futuro doble o estaré construyendo un enorme pasado repleto de nada?
La luz del amanecer me llama a soñar. A soñarte, quizás. Siempre quizás. "

Hay veces que soy otra persona escribiendo por mí. Como si me reemplzara desde el banco de suplentes de mi alma un ser con características irrebatibles, pero de modos extrañísimos.
Y este es uno de los casos.