jueves, julio 28, 2011

Descreo de.

¿Y qué si desconfío de los santos?
No me cuajan sus encantos
de dudosa humanidad
la sospechosa serenidad
que pregona su semblante
siempre del vicio distantes
nunca una copa de más
ni volando sobre el ras.

No le creo a quien me habla
del pecado como ajeno
si alguien se cree tan bueno
seguro que no lo será...

Y si roen mi cabeza
con su labia santurrona
dejo a las palabras sólo
con la estela de mi ausencia
(no se discute la esencia
ni se truecan sus anhelos).


Llamando a la sonrisa.

Quién pudiera arrancar del pasado
aquél brillo lunar en tu rostro
y traerlo a este trazo macilento
tan urgido de algún destello
perdido en la siempre inminente
tormenta que no aparece
más que del lado interno
de una burbuja negrísima
(sumamente frágil ante el filo
pero rigurosa con los colores).

Este vacío amoblado
se va exprimiendo a sí mismo
para poder enjuagar
las heridas de una ausencia
que recuerdan tu alegría.

Nada es ya tan sorprendente
si te vivís atajando,
si de jugar vas dejando
para darle paso a la muerte
que viene con forma de pena
y arrasa tu celebración.

miércoles, julio 27, 2011

De una caminata.

Los retrodisfrutes son la frutilla del postre de la caminata. Deshojando la margarita de adoquines para llegar a la madriguera, y descansar del vuelo incesante, del fluir constante que, como una inercia, mueve todo este hatajo de caos e incertidumbres.
Pero, en un momento, todo este derrotero trae su fruto a los ojos de mi ansiedad, y ya me embriago con la mirada, ya caigo de lleno en la tentación del regodeo por la pequeña gran victoria de lo autónomo sobre los engranajes del tiempo y la sociedad.
Y es entonces cuando retrodisfruto cada centímetro de asfalto besado por mis pies, llevándome un poco del misterio que tantas noches le habrán arrebatado a la luna, al lucero, a los locos incansables que predican su demencia con el mero deambular, a los árboles que esperan la penumbra para enredarse en sus sabidurías ancestrales...

viernes, julio 22, 2011

Vida impersonal.

Ya no maltrates a tu animal
pues no lo debes vencer, sino amar y salvar,
te lo digo antes de que estés
ahogado por la pared
que sostiene las últimas sombras
que la congelan de revelación
sostenida por los muertos
que viven en lo externo
que, como nubes, vienen y van
alimentando al ser, testigos de la eternidad
incapaces de comprender
que es hora de amanecer.
La Tierra se iluminará
cuando liguen a su rollo la vida impersonal
pues no existirá otra ley que la íntima conciencia.

No, no esperes de mí nada especial
no busco influenciarte ni con convencerte
fuera de ti no hay ningún mediador.
En el mundo no hallarás más que ilusión.

En el mundo no hallarás más que ilusión
te lo digo hoy...

No, no, no esperes de mí nada especial
lo que tu buscas, dentro tuyo está,
fuera de ti no hay ningún mediador.
En el mundo no hallarás más que ilusión.

La Tierra se iluminará
cuando los hombres acepten la vida impersonal.
No existirá otra ley que la íntima conciencia,
destronando al cerdo sin paz.
Generación de serpiente ya reinar no podrá.
No habrán velos que te impidan ver
la inmortalidad de tu ser.
Fuera de ti no hay mediador.
En el mundo no hallarás más que ilusión.


Hermética.


martes, julio 19, 2011

Lluvioso desvarío.

Toda una ciudad minada
de baldosas flojas que
son charcos encubiertos,
bombas de humedad
aguas suicidas invadiendo
a la sequedad utópica
en la que nos obstinamos
(ese berretín de los días de lluvia).
Gambeteamos charcos y chorros
buscamos balcones en las ochavas
o aleros que nos guarezcan.
Fugaces visitantes o admiradores
se empapa todo este concreto
del absurdo diluvio perfecto.

¡Qué poético e hipnótico
es el canto de la lluvia!
Como una especie de imán
para el espíritu natural.

Mientras, recorre el vidrio
una lágrima del cielo
cual babosa impredecible
a bordo del colectivo:
¿Irás para Palermo?
¿Al Parque Centenario?
(Ya te veo bajando
con prisa repentina)
¿Y adónde van tus primas?
Todo este intenso tráfico
de gotas e inciertos destinos
es un laberinto, un ahogo
para el fluir de los lunares.

jueves, julio 14, 2011

¡Ay, Luna!

Vi una luna regordeta
en sus restos de vigilia
acercándose, dorada,
a los techos de este sur,
enamorando a mis ojos
que encima se le derraman.

¡Qué emblema poético
es tu brillo macilento!

Parecés cansada y feliz
(nos parecemos un poco)
aunque con la misma pena
siempre merodeándote,
insistiéndote siempre,
sin cristalizarse
ni llegar a ser fugaz
sin querer resignar las noches
mas ansiando vivir los días
y no perderse ni un instante
de los que andan dando vueltas.




miércoles, julio 13, 2011

Desconcierto.

Tengo una maqueta rota en los ojos
y un conjunto heterogéneo en el alma.
Esta desilusión tan anunciada
no quiere resignarse, y hace bien,
pero el dolor de su fresca herida
se pelea con todo optimismo.

No entiendo lo que entienden
quienes ponen su confianza
en esta ausencia de ideas
encarnada en bienvenidas
que mienten desde el saludo.

Descreo del cotillón sin sentido,
de los globos del descarte
del consuelo de un vencido
que se carga esta victoria
para menguar su gran derrota.

Intención.

Rescatando los momentos
del naufragio de los tiempos
voy armando, apasionado,
mi collage de eternidad.

domingo, julio 10, 2011

Momento perfecto.

"...camina sobre el tiempo".
amigo rastrojero.

Esas cuerdas penan lo roto
lo ya destruido, lo asolado.
Caminan a paso cansino
por las ruinas del tiempo
(al que acaban de arrasar)
sin siquiera pestañear,
enredadas en lo eterno
en eso que puede sortear
las trampas de las agujas
para dar con la paz de verdad.

Un silencio solemne
mancomunado y sentimental
entregado a la audición
del soleo añil de un ángel.

miércoles, julio 06, 2011

Amor sin reclamos.

Al aire, a la nada
le grito mis reclamos
por esta injusticia
que no tiene culpables
pero sí tantos cómplices...

La pena es un acecho
y un hecho a cada instante
que esta memoria obstinada
se adueña del corazón.

Un ladrón de inocencias
ha dejado en la historia
esa mancha indeleble
para el íntimo recuerdo;
sin embargo, resistiendo,
se atrinchera la pasión
y se arma un caparazón
con la corteza de su sentir
con las resinas del amor
(endurecidas por este invierno
lleno de ilusiones ateridas,
subterráneas, descendidas)
y sale, entonces, al viento
como un grito que lleva
el alma de tantas almas.


lunes, julio 04, 2011

Sorbos de aire.

Insaciable sed de poesía
enciende el fuego privado
con un beso ya marchito
que en el viento se ha secado.

Cuando desato los nudos
del pensamiento acotado
y suelto a volar sus mirlos
me elevo un poco con ellos
y siento en su dulce canto
el sonreír de mi interior
como un río en su verano
bailándole a los dilemas.


Filosofábula.

No sé a qué palabras les apunto
pero voy, como por un tubo,
en búsqueda del sentimiento
de la vida que aún me urge
cuando veo huir al tiempo
como una espalda alejándose.

¿Cuál es el motivo?
¿Hay tan solo uno?
Si cada instante se enciende
cuando escapa de la ausencia
por un atajo irracional,
o se pierde en la penumbra
del camino más mentado
(un jodido laberinto
entre grises y bostezos).