jueves, julio 28, 2011

Descreo de.

¿Y qué si desconfío de los santos?
No me cuajan sus encantos
de dudosa humanidad
la sospechosa serenidad
que pregona su semblante
siempre del vicio distantes
nunca una copa de más
ni volando sobre el ras.

No le creo a quien me habla
del pecado como ajeno
si alguien se cree tan bueno
seguro que no lo será...

Y si roen mi cabeza
con su labia santurrona
dejo a las palabras sólo
con la estela de mi ausencia
(no se discute la esencia
ni se truecan sus anhelos).


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