miércoles, noviembre 05, 2008

A los ojos, un edén.

El niño Atardecer se enchastró las manos de pintura y decoró el lienzo sin prejuicios artísticos ni búsqueda conceptual: sencillamente se dedicó a esparcir belleza por todos lados.
Agarró algunas nubes, las empapó de Sol, y fue dispersándolas, mientras borroneaba el fondo desde la magia que sus dedos guardan.
No escatimó en colores, texturas, formas... se despachó con lo mejor de su imaginación arcoírica.

3 comentarios:

Cari* dijo...

Hace años luz qe no te veo, pero seguis siendo ese hermano que la vida hizo que me cruze en la vida!

Te amo oso!

:)

Cari* dijo...

bueno repeti vida sin darme cuenta =P

F e r u dijo...

Que se van a poner melancolicos?... yo espero el momento en el cual nos volvamos a cruzar de verdad nuevamente... es algo mas que una supersticion.. un abraso para los dos!

Feru.