miércoles, noviembre 15, 2006

Santo remedio.

Siento que mis dedos
podrían morirse de frío
sin tu abrigo de seda
sin el calor derritiéndose
entre proezas de amor.

Enfermera de los dioses
que al cielo sabrás trepar
cuando tu anima nos deje
y se duerma sobre el mar.

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