miércoles, julio 02, 2014

Soplidos e ilusiones.

En la quietud de la tarde
ansío tanto tu aliento...

Soy caído barrilete,
un sol marchito en el suelo
del colchón ensombrecido
por la excelsa soledad.

Soy relato empobrecido
por la síntesis absurda,
evocando en el olvido
un río que sabe a mar.

Se derrumban los relojes
derretidos por la espera
de encontrarte tras la esquina
o en la ventana lindera.

En el hueco del presente
donde le rezo a tu ausencia
escribo con tinta espesa
los anhelos de mi instinto.

Contigo vivo del aire;
volando, flotando, vivo.

Sin vos me pesan las horas,
el desvelo y los latidos.

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