domingo, febrero 10, 2008

Riego.

Sacando formas de las manchas, los propulsores de la poesía son sus ojos.
Ese embellecer toda realidad cuando podemos reirnos juntos, y sentir que el mundo es el mejor lugar del mundo*.
Detenernos nosotros, mientras el tiempo corre furioso y nos pasa de largo, por algún misterio cósmico de tu hechizo. Vivir con dulce intensidad usa los segundos como combustible.
Es que no me alcanzan las horas.
Para cada fragmento que quisiera besar no me alcanzan, ni para soñar lo que ya está y más lo que estará.
Y los dolores más terribles son las semillas que beben el riego de las nubes en tus ojos.
Campos grises, de guerras desconocidas, donde la nada abunda... así son esos momentos por momentos.
Pero para que florezca la primavera, la lluvia se sabe necesaria. Y, aunque a veces parezca, creo que no conoce de maldad.



* De la inspiración del Chompiras.

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