domingo, diciembre 25, 2005

Apartado.

Ser tan celoso de mis miserias a veces resulta peligroso.
Me vuelvo un ermitaño que no deja sus sombras, como un vampiro autodidacta.
Quizás sospechen, quizás fantaseen, quizás se persigan... yo no estoy dentro de cada mente, a veces ni siquiera puedo entrar en mí mismo, y me quedo golpeando la puerta o sentado en el felpudo que dice, irónicamente, "Bienvenidos".

No hay comentarios.: