domingo, octubre 31, 2004

Lunaranja y la ficción posterior.

Es extraño volver a extrañar (valga la redundancia). Me pregunto dónde habrá estado tanto tiempo varada mi utópica ilusión, que viene a hacer pie en esa playa frágil, inestable, casi un espejismo. Pero no hay respuestas a mano. También quisiera saber de qué material está hecho este sueñito de seguirla, de bajarle soles o hundirme en mares, de noches de verano a la par, de caminar y caminar y caminar, y reir y caminar. Y.
Claro, siguen ausentes las contestaciones. Y yo también. Porque siendo pregunta no me puedo considerar parte de un lugar que exije respuestas como condición para existir. Y porque en este instante soy preso de un ahogo que pide más que aire... pide tu aliento. Necesito respirarte. Me siento exclusivamente inútil sin ese ave negra, femenina, que lleva una esperanza en sus alas. Esperanza que me pertenece.

No hay comentarios.: