Se abrió un abismo pequeño
entre esto y lo demás
que derribó el antifaz,
asumiendo la calma
el reinado del alma
y de su propio dueño.
Pues la ínfima distancia
se tornaba insalvable
para el cielo de cables
para el mar de cemento
con pobre conocimiento
y atropelladas ansias.
Pero el caso les ayuda
porque responde a un final
un límite temporal
que equilibra su poder
y hace desaparecer
el abismo que te escuda.
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