martes, mayo 18, 2004

Las gotas de un sudor que, a pesar de no existir, sentía caer por mi cara revelaban un auténtico sufrimiento, pero dulce. Inestable, sediento, ansioso, recorriendo un camino tantas veces andado pero pocas concluído. Alrededor se ven caras similares, como buscando ese sueñito que parece tan cerca y tan lejos que uno ya no sabe qué pensar ni decir. Y el sudor corre sin correr, y el tiempo pasa con la lentitud de la luz en mundodisco.Todo es tensión. De pronto el agudo final se precipita, y nos damos cuenta de que por fin era nuestro tiempo, pero también eran nuestros el espacio y el placer. Ahora veíamos las cosas de arriba, y... ¡qué linda vista! La única complicación es mantenerse en equilibrio. Porque a nosotros, a este nosotros, el vértigo nos agranda.

No hay comentarios.: