miércoles, julio 28, 2004

Apertura.
 
Abrí la puerta sin puerta y sin querer
como si alguien me empujara
a una dimensión donde no existe
lo que alguna vez fue trágico
y ahora la revolución hace caer
poco a poco las espinas del odio
y las flores del amor.
 
Es una apertura al otoño,
quizás la primavera.
Princesa, no hay profundidad
que la luz no alcance,
porque pude escapar de mí
para encontrarme con otro yo
que me entiende mejor.
 
Pero  tan cierto es que siento...
no niego mi sensibilidad.
Me hago cargo y reconozco:
veo el cielo con ojos de pájaro
pero tengo alas de perro.
 

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