viernes, julio 30, 2004

No mirar, no responder, no brillar. Tengo el miedo del que sabe que un poder más grande que él no puede dominarlo pero sí aprisionarlo. Parpadeo. Estrellas parpadean. Estrellas azules. 
El miedo en la espalda, el pecho tieso, la coordinación balbucea. Sólo una imagen de soberbia trajeada, un blue demon con chapa que tiene la mente como un lavarropas. Y la fugaz sensación de que la eternidad en un placard toma forma humana. Que alguien me salve de este infierno azul. Horrore humanum est, y ese lobo-sádico con facha de cordero-justiciero lo sabe hasta el hocico... ¿al servicio de quién? 

No hay comentarios.: