miércoles, septiembre 01, 2004

Buena nueva.

Nos presentamos de alas abiertas
y entre ellas se gestó,
cual si fuera un vientre etéreo,
una buena nueva magia
que floreció instantáneamente
al ritmo del atardecer.

De los pájaros, la vida
y la música y el sol
de las playas visitadas
e ideales de mentira
de todo eso y mucho más
se nutrió la fantasía
que inundó la realidad.

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