Orejas frías.
Dientes ígneos son caníbales
de un hielo demoledor
estangulando al sol
en sus propios almíbares
Las rodillas que flaquean
No resisten el embate
Y estimulan un escape
Frente al mar que las rodea
Ya sin prisa, ya con calma
De rojo se viste el clima
Pues no hay nieve en la sima
Ni en los ojos, ni en el alma
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