jueves, agosto 12, 2004

¿Algodón? Del manto (para llamarlo de algún modo) hasta la selva que rodea las premisas de un futuro intrascendente, una selva sin vida pero muy frondosa. Un cielo... no tanto. El cielo en vertical, la nube horizontal y el incendio vacuo.
Sinceramente, estas palabras carecen de sentido consciente, aunque se juega por izquirda con un lenguaje mucho más sincero pero menos conciso. La sensación de que cada una de las palabras es pieza exacta de un rompecabezas ideal, lógico y, al mismo tiempo, onírico. Las funciones de todo lo demás cobran importancias mágicas, pretendiendo alcanzar la sima de la utilidad, con un aliado de lujo para la ocasión: el inconsciente. Qué sé yo, hasta acá. Punto final. Fin. Y vuelta a empezar...

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