martes, marzo 17, 2009

Que se calle.

Habla la ignorancia desde el miedo
pidiendo obligaciones como salvación
para alejar de sus fábulas oscuras
a los ángeles con la inocencia mutilada
(quizás perdida en un picado,
en una esquina cualquiera,
en los umbrales nocturnos...).

Grita "¡encierro!", y olvida
que los barrotes de adentro
son la prisión más cruda.

Grita "¡castigo!", y no sabe
que una vida a los palazos
es peor que cualquier murra.

Grita "¡educación!", pero vuelve
a pedir rigor como sendero
cuando a un continente entero
esa moda lo arruinó,
y hoy son polvo las raíces
(las que nutren el presente,
y perturban el futuro).

1 comentario:

Eternauta dijo...

Excelente... Nada más para decir.