jueves, octubre 15, 2009

Humano de dios.

No es el Dios... sino el humano.
Hoy no es el milagroso del Azteca,
pero sí los huevos centenarios.

Es más un bicho aguerrido
que un espléndido espectro
deambulando delicioso
por los paños del esférico.

Pero así, tan humano él
sigue mostrando su estirpe.
A pesar de venenosos tribunales
no se achica ni una pizca
cuando sus sombras se agrandan,
sino que infla fuerte el pecho
y lo ofrece a la batalla.

Sin embargo, no se olvida
de los embarradores sañudos
que irrumpieron en su cancha
y los atiende, a su modo
tan humano...


(quizá como solamente
puede serlo quien conoce
lo que fue no haberlo sido
durante algunos momentos.)


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