lunes, octubre 08, 2007

La vuelta del domingo.

Envuelve el domingo esta noche
y se vuelve momento de paso
como el puente imperceptible
que cruza la naranja ardiendo
y se torna en seco gris,
cuando el corazón ígneo
se frustra en cenizas
y pide a gritos sordos el calor
de ese fuego que no está.

Espina de los espíritu perceptivos
clavada en un séptimo de la luna
esa que hoy no ha venido
quizás porque tenía vergüenza
de ponerse a llorar en público.

Esos dolorcitos que uno sabe
que le están doliendo
pero no puede señalar
dónde es que está el dolor.

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