jueves, noviembre 12, 2009

La historia de vivir.

Vuelvo constantemente
a ese altillo donde guardo
la inocencia, una ignorancia
tan dulce como natural.

Bendigo los días verdes
y celebro que salga la Luna
sentado en cualquier pasto
u horizontalmente feliz.

Extraño lo irrecuperable
pero me recupero a diario
entregándome a la vida
y también a su alegría.

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