miércoles, enero 27, 2010

Lugar sagrado.

A su carnaval van llegando
estos fantasmas envasados
entre plásticos recortados
azules brumas dementes
ritmos descontrolados
de euforia siempre creciente.

Parecen nunca frenar
en su escalada infernal
pero están lejos del mal
y el alma se les conmueve
cuando vuelven a entonar
el mambo de sangre y sal.

Es un caos delicioso
desde adentro o desde afuera.
Ante tanto sentimiento,
sólo dejarse llevar.
Si algo nos puede salvar
se encuentra en este lugar.

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