Una obsesión con corazón
que disloca mi práctica
con su sol o su tormenta.
Los momentos descarnados
hechos de puras ternuras
e incendios incombustibles.
Las raíces floridas
apretadas al pecho
sosteniendo latidos.
Un vino que evoluciona
va perdiendo el mal veneno
-que se fuga con el tiempo.
El vapor en la piel
en los ojos, en el ánima
del más nuestro de los mares.
La poesía y su ironía
de belleza indescriptible
dibujada con palabras.
La musa silenciosa
(tempestad de mariposas)
el arte envuelto en piel.
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