Desenlazando los nudos
y los pensamientos mudos.
El objetivo es la búsqueda:
sus brazadas a oscuras,
el espesor circundante,
las horas hechas de lluvia
y manos incontinentes,
ansiosas, desesperadas.
No hay sangre como la tinta
para el fluir de lo imaginario,
para inventarnos escapes
de prisiones y depresiones.
Dense las palabras
a quien sumerge la sombra:
un fulgor dará comienzo
al deceso de lo umbrío.
Los paisajes pergeñados
más acá de la locura
se hacen carne y
se hacen mares.
Hay cosas que se aprenden
desde adentro, revolviendo.
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