lunes, enero 09, 2006

Llora la fantasía.

Ahora que hay un hueco en el césped, empiezo a notar cuánto espacio ocupabas en este universo rectangular.
Es increible el lenguaje que uno puede interpretar a través de dos pies hechiceros.
La rebeldía hecha gambeta, carajo.
Porque él no le tiraba caños a un central... se los tiraba a la mediocridad.
Le ponía flores a un desierto de espantapájaros prolijos.
Era el pulso sanguíneo entre una marejada de robots lineales.
Pero el azar, con su mala leche ocasional, le fue con una plancha al tobillo de la vida.
Le cortaron las piernas a la fantasía, que llora sola en un rincón.

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