lunes, marzo 22, 2010

Postal umbría.

Si a cada rato soy un costal de insuficiencia
y mis destellos no alcanzan su tope
¿para qué sirve tanto ida-y-vuelta?

Las libertades son los espíritus,
y ponerles coto a desgano
es un suicidio anímico indefectible,
así como volcarse a voluntades
que pretendemos sean las nuestras
pero con el cuerpo del otro.

Y recaer constantemente
en la misma absurda tristeza
de no llenar los casilleros
que se abren en sus deseos
se ha vuelto un hollín despreciable
en el seno de mis latidos.

Me siento marchitar, turbio.

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