jueves, septiembre 29, 2011

Embarriados.

En tus venas encuentro
la calma que tantos pierden
por el trajín ciudadano
que los aleja del barrio:
malicioso desarraigo
al que invita esa rutina
con sus cómodas ofertas
de consumismo y enclaustro.

Está la vida y la fuente
de una eterna juventud
pero pocos beben sus aguas
por el miedo contagioso
a los enigmas extraños
de esta loca libertad.

Hay un fluir delicioso
cuando son tiempos de Verna
y las flores en los muros
embriagan al corazón.

¡Qué bellas intensidades
las que maduré en tus calles!
Hoy son frutas de estación
para nuestro carnaval.

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