Cuán pequeño es lo que hace
perder los marchitares,
girar cada remolino
en la risa del niño,
bullir la sangre espesa
(aún ayer embalsamada),
brillar aquesta luna
pese a la negra noche.
Las muertes también duermen
y tienen pesadillas.
Puede volverse eterna
una efímera estación
en el trance indicado
con la justa canción.
El aire libre
libera el alma.
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