miércoles, septiembre 25, 2013

Improvisar la primavera.

Desbarajustes.
Introspecciones improcedentes,
números que son letras,
colores arrancados del lienzo
tirados en el suelo
llenos de barro y sangre
seca, negra, muerta;
un enchastre amargo
y polvoriento.

La ceguera inaccesible.
El tiempo de ayer, deshecho.
Los ojos absurdos
buscan y consiguen lo negado
a través de una primavera
imaginaria, novelesca.

El olvido es la penumbra,
el umbral de los derrumbes,
la certeza que nos mata.

Sin embargo crecen flores
todavía en esta tierra
despojada, encerrojada,
espejada, deshojada,
despejada, ajada.


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