miércoles, septiembre 04, 2013

Trastornos de renovación.

En jardines misteriosos
despunta la primavera,
que brota, se manifiesta
como homenaje al poeta
enredado entre la bruma
y las babas del diablo.

El oleaje no se anuncia:
llega como una flecha,
se va sin despedirse,
enfurece de repente
y duerme en el parpadeo
de una sirena invisible.

Hay un flujo de endorfinas
en el aire perfumado
por la calle y su llamado,
por los nombres repentinos
que se yerguen, reincidentes,
sobre el crepúsculo inerme.

Burbujas de tinta flotando
en el aire distante y florido.






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