lunes, diciembre 30, 2013

Lo que queda.

El dolor de permanecer.
la injusta inmortalidad,
tan mal dispuesta,
tan inoportuna.

Estíos cenicientos,
oleaje del recuerdo
cuando vuelve a la orilla
pero le falta ella,
toda ausencia,
toda estrellas.

Y queda lo inalcanzable:
una distancia-tristeza,
el calendario al acecho,
la memoria con espinas,
el reparto de las culpas
(tan inútil al que siente),
religiosas flores frescas,
mil batallas y oraciones,
himnos en los corazones,
hipocresía en la mesa.

Que nunca alcance el olvido
para tapar sus presencias.
Aunque nos pese el pasado,
aunque duela tanto el duelo.

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