miércoles, noviembre 23, 2005

Quiero té.

Mi té con limón y miel tiene el color exacto que yo usaría para pintarte si fueras una obra maestra del arte plástico.
Pero sos, mejor todavía, el criterio genial de un ente creador que te formó con la gracia que usó para las flores, la suavidad que puso en los pájaros, la delicadeza que le dedicó a las mariposas y alguna que otra magia oculta que todavía me da vuelta en la cabeza cuando el sueño dice que tiene trabajo pendiente y va a llegar tarde.

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