martes, enero 06, 2009

Guerrasco.

Moles de ambición siembran miseria en campos que se desangran.
Y abonan su negocio con cuerpos incontables, descompuestos por los fluidos del gigante.
El futuro es descartable ante los caprichos de un demonio ansioso
que devora sin pensar para llenar su desfondado estómago.
Niños con la inocencia amputada por el instinto de sobrevivir.
Absurdas cegueras fanáticas, embanderadas hasta el cuello, profiriendo maldiciones que son ignorancia en dosis verbales.
Y el embargo de la paz para pagarse un par de berretines más, ya ilesos de cualquier herida o humanidad.

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