domingo, enero 04, 2009

Oasis en el infierno.

Hoy recuerdo el caos que regía todo: ese torbellino de inconformismos, la necesidad de explotar para no implotar, la angustia haciéndome marca personal.
Y después siento tu olor, me abrazo a tu calma, y respiro mejor. Bajo mil cambios en una baldosa como sugiere la suave caricia que me encuentra. Agradezco este remanso de amor, que llega hecho brisa a refrescar el ardiente pandemonio incrustado en mi espíritu.
Me pregunto de qué estaría sujeto para no volarme en mil pedazos si no fuera por el rayo de Sol que me agarra de los dedos de los pies cuando sopla este espeso huracán.

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