martes, diciembre 01, 2009

Al vuelo.

No sólo me entrego a nuestro vis-a-vis,
también le dejo un pedazo de espectro
a todo lo que revuelve este lago perezoso.

El despertar es a los sueños necesario,
así como encarnarnos en alguna fantasía.

Sentir los dulces motivos del día
palpar el amplio sabor de las noches
tocarle al amor los más íntimos nervios
y planear en un orgasmo de paz.

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