miércoles, septiembre 19, 2012

Libertad es ser.

Lo que hace hermosa a la libertad es verla en acción (más allá de hacerla acción, de encarnarla y ser con, en y desde ella).
La libertad existe cuando se grita su nombre, o cuando se la grita con otros nombres pero el mismo sentimiento apasionado, ciego y eufórico; un rugido contagioso y enardecido por los instintos todos, sumido en su intuición.
La libertad se concreta cuando hay diferencias que conviven, y sobrevive cuando descree en quienes creen que ella no existe.
Porque no creo posible decirle en la cara al Rey que lo suyo es tiranía y salir con hidalguía a la vista de todos sin fustazo alguno.
Pero, claro, no hablamos de monarquías, hablamos de libertades, que es algo más importante.
Y la libertad no se acerca a la oquedad intelectual, al pensamiento holgazán que prefiere siempre la idea más a mano (o la menos conflictiva, la del murmullo de fondo) ni a los zonzos incapaces de recordar las consignas que hasta el tumulto los arrastraron.
Quizás por eso el reclamo.

4 comentarios:

Tao Lao dijo...

Como cambio el concepto libertad, desde las canciones que antes lo planteaban a hoy. Antes "libertad era un asunto mal manejado por tres, libertad era almirante, gral o brigadier". Ahora libertad es el umbral de una moneda extraña. No se si queda algo de ella.

Lucien. dijo...

Queda más que algo... creo que mucho, de hecho. Ya creer que la libertad escasea es resignar bastante de ella.
Muchas veces el tamaño de la propia libertad es arte de uno mismo: haciendo lo que nos gusta, impidiéndonos ceder a la frivolidad o a la insensibilidad, evitando entrar en los laberintos sociales de la desinformación políticamente correcta.
Y lo bueno es que si, por ejemplo, uno quiere hacer, ponele, una manifestación en, digamos, Plaza de Mayo para quejarse, por decir algo, de lo poco libre que se siente uno por... no sé... no poder comprar moneda extranjera o tener que bancarse que se puedan casar los homosexuales, entonces podés ir y juntar 40.000 más como vos y quejarte frente al Kremlin porteño, y no te sacan a gomazos.
Aunque no seas libre.

Lituma dijo...

Decía el Che: "sentir inflarse el pecho cada vez que en algun lugar del mundo se alza una bandera de libertad".
Claramente no es el caso.
Uno puede escaparse de la jaula. El asunto es romperla. La libertad de uno es la libertad de todos, no hay con qué darle.
Consulta desde la lejanía, añorando un vaso cargado entremedio y no el éter: ¿qué hay de la libertad para escribir? en caso afirmativo: ¿podemos resignarnos a una libertad de sentir recluídos?
abrazo guacho

Lituma dijo...

a propósito:
la esperanza es un niño ilegal
anda contra la sombra
reparte sus volantes.