Me conté a mí mismo la historia
de un domingo que nunca lo fue,
que se cayó del calendario
y nadie vino a levantarlo
(afortunadamente).
También me hablé de algo
lleno de lugares mágicos
o más bien místicos
o mejor las dos cosas
y puede ser que más.
Sombras que se tocan
pero solo en sombras;
preguntas respondidas
antes de ser preguntas.
Me conté tantas cosas
que no sé si creerme
o resultarme exagerado.
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