jueves, diciembre 04, 2008

Seguro (le pagué la fianza).

Si la Luna clavada en tu rostro no alcanza para sostener un corazón, entonces podrías preocuparte de que otra flecha se cargue a este bobo.
Pero quisiera poder explicar, exponer, demostrar... cómo salta de alegría la existencia mía por saberte compañera. Detenerte en el instante que florecen mis colores por tus rayos, y que veas por vos misma esa ardiente primavera que me enchastra el pecho.

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