miércoles, mayo 19, 2010

Crisálido.

Siento el frío desde adentro y desde afuera,
como si el invierno me tuviera sitiado
por todos los flancos posibles, sin tregua.

Y está ese muro nebuloso
acaparando luces, absorbiendo
colores que llegan débiles
tras cruzar osadamente.

Las flores resisten, creen,
entonces uno espera con fe
esa buena promesa primaveral.

Pero mientras la muerte...
o un sueño absurdo, arrugado, marchito.

Diga usted que hay Sol
filtrándose de a ratos
y prolongando esta ilusión
estival para el espíritu.



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