lunes, mayo 10, 2010

Ferry al pretérito.

Huele a flores este cuarto de otoño,
resistiéndose al soslayo de la muerte,
a ese frío que apaga vidas como si nada,
ofreciendo un sueño irrenunciable
pero urgido de colores y texturas.

Hay una pequeñísima llama
que asoma su brillo por mi ventana:
"¡Quiero volar con tu espíritu
sobre el páramo en primavera!"

Y allá vamos, cruzando Abbey Road
como un túnel del tiempo a pulmón
haciendo el collage de los años
con jirones arrancados diariamente.

Rincones de cada constelación
que descubrimos en extravíos.


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