miércoles, septiembre 01, 2010

Sin.

Y la lluvia se lo lleva
con sus tenues claroscuros
a distancias infelices.

Un abismo desde hoy
se abre en los páramos
que separan este abrazo.

Todo un sueño fugaz
queda detrás, incrédulo
de la incipiente ausencia.

Se lo lleva la lluvia
en su zanja continua
donde todo se pierde
por tiempos o espacios
que no coagularon.



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