Tengo tanto sentimiento que no lo puedo contener, y se escapa como vapor por los poros de mi espíritu. El estío llegó con su infierno amable que tan dulce me sienta, y entonces no puedo más que disfrutar de sus vicisitudes, y de los designios majestuosos que se avecinan, inmediatos. Y urgentes, claro: un ánima visceral en el horno asfáltico se quema tarde o temprano si no se la airea ante la brisa marina o el soplido auspicioso que recorre las sierras.
1 comentario:
Terrame tecín, tezán, terrame te pum, subí.
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