miércoles, agosto 28, 2013

Etat second.

Hay un momento donde todo pierde el sentido y sólo son las letras fluyendo de unos dedos posesos, corriendo a la par de la catarata mental, una mano intentando prestidigitar todo lo que el nervio le grita, le implora, le susurra, le convida, le exige, le llora, le escupe.
La más bella esclavitud, buscando sin fin esa belleza implacable que acabe con los males del universo aunque sea por una fracción de segundo, un haz de luz tan potente que consiga flayear  al unísono todos los rincones que esconden una sombra, para que conozcan los colores, y puedan elegir; una mariposa por perseguir.
Y son minutos, horas, días, semanas, meses, años, vidas detrás del propósito inexplicable del poeta, que no busca la eternidad para siempre, sólo por instantes, desdoblando lo que parecía rígidamente imposible, encontrando flores en la aridez del concreto, encendiendo fuegos sobre el oleaje, amputándole insensibilidad a la cotidianidad. Al acecho siempre de alguna inspiración, de alguna fracción multicolor perdida de ese gran rompecabezas que es la pasión por lo conmovedor, por lo que te descoloca y te vuelve a colocar en la realidad pero ya con otros ojos, con otra mirada, con unos cuántos grá más de alma.

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