miércoles, agosto 14, 2013

Transcurso del caos.

Todo un descontrol,
una maraña inexplicable,
un laberinto sin hilo
(ni siquiera hay Asterión
que salve este sinsentido).

Caos en el corazón.

Espantos a deshoras,
suspiros imprecisos,
dolores sin dolor
(tristeza a todo color),
un cuento atormentado.
¿Presagio de surmenage?

Caos en la imaginación.

Las letras me devoran,
como bestias insaciables
se sirven de esta mente,
van ocupándolo todo
sin escrúpulos visibles
ni intenciones de frenar.

Caos en la razón.

Ya no puedo detener
las ansias por las palabras,
el grito interior del verso
que se come mi presente,
las imágenes que brotan
desde el centro de mi abismo
por los dedos hechos tinta
hasta el papel, donde vierto
los excesos del espíritu
que se rebalsa entre letras.

Caos en toda ocasión.

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