martes, marzo 04, 2008

Verde es el hada, pero nunca helada, sin escarcha que así se puede uno acostar dulcemente a su lado y saborear en un helado la delicia de su boca.
Con destellos en sus ojos que supuran diamantes, acerca el cielo como si fuera tirar de una cuerda que sostiene cualquier globo colorido. Esta musa imita la perfección y es una gran interpretación.
Mientras llueve, quiero beber entera esa nube.

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