miércoles, marzo 26, 2008

Ni el toro ni las astas.
Ni el asado ni el hambre.
Dos egoismos en estado puro chocando por su karma de boludeo, y mientras tanto en el disfraz de dama se esconden las miserias que todos penan.
Es injusto que las risas caras paguen con la misma moneda que las manos ensangrentadas.
Es injusto que al aire le impongan precio si hay unos que se sientan a ver engordar su colchón y otros duermen abajo de un toldo ajeno.
Y es triste que el culo no sea el mismo para todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y sí... vivimos en argentina.
vivimos en este mundo.
cada cual tira para su lado
y a nadie le importa el otro.
puro egoísmo, ansias de poder y dinero, mucho dinero de por medio.
qué mierda es la gente, eh?