jueves, abril 03, 2008

"Yo no los maté, tampoco los vi nacer".

Escondiendo las vidas y sus promesas coloridas, los ilusionistas del gris eterno saquearon el futuro prestidigitando enes. Viera usted las caras descaradas afirmando que no hay muertos, sino ausencias. Inexplicables ausencias de ayer, de hoy, de siempre. Huecos como bucos en la historia de un suelo sin cielo.
La deuda con el futuro es mucho más interna que externa, y más eterna que las dos anteriores.
Y hoy somos los trajes agujereados de un piberío que se enchastró como una piara en el piélago de sus excusas y distracciones.
Hay un campo lleno de cruces que se revuelve todos los días pidiendo que la memoria no se escape como agua por un colador.
Porque si una vez fuimos el comedero de los hijos de puta, es para que el aprendizaje nos envuelva y no suceda nunca más.
NUNCA MAS.

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