martes, octubre 25, 2011

Repensándonos.

Cómo no recordar el pasado vacío
sin siquiera una esperanza
de la que colgarse a hablar
en la que poder basar
los cimientos de una idea
que nos logre hacer flamear.

Aquel desprecio impasible
hasta por las mismas urnas
(lamentable escepticismo
consecuencia del infierno)
hoy llega como un recuerdo
que se transforma en sonrisa
al toparse con los cuadros
que grafican el presente.

El resplandor de estos rostros
(ya alejados de esos monstruos)
fue una escena tan ansiada
que hoy, al verla realizada,
le doy lo que soy al viento:
frases de trapo y un sentimiento.

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