lunes, marzo 25, 2013

Bipolaridad meteorológica.

Afuera se hace oscuro,
y adentro ya no se ve:
va despuntando el otoño,
marchitando lamparitas,
apagándonos las velas,
decolorando mi vista.

Se cae el cielo en la calle;
se vuelve un río, dos, cien.
Todo fluye y se desploma
al son de la tempestad.

Una cascada rabiosa
atomizándose entera
por los miles de rincones
antes secos, ahora sopas.

La furia empieza a amainar,
el torrente se hace arroyo,
y el bramido atronador
se ha calmado hasta la hipnosis
ya no arrolla con su queja,
sólo arrulla y ronronea.

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