viernes, marzo 22, 2013

Circular.

Qué hermosa obsesión
la que me hace girar
olvidado de tormentas,
enfocado en su destino.

Quiero escoltarla
hasta el horizonte,
darle una sonrisa,
hacerle una caricia.

Desespero sin su ruedo,
como sin la primavera.

Es la simpleza y lo bello
condensados en un tacto,
cargando mil atenciones,
y esperanzas por millones.

Me devuelvo a la inocencia:
soy el niño en pleno juego,
mi premio es recuperar
el corazón que se pierde
cuando, en cada despertar,
la realidad nos sorprende.


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