Mi tierra es muchas tierras
pero un solo corazón.
Tiene miles de colores,
sabores, aromas, versos,
ritmos, juegos, dolores
en el tiempo y las pasiones.
Sin embargo, su latido
es una pulsión cósmica
que magnetiza la sangre
hacia un profundo sentido.
No le creo a los olvidos
pero sí a un puño apretado
a los vientos ofrendado
para rehacer lo perdido
o liberar lo prohibido
o defender lo jurado.
Y no puedo no creerle
al flamear de unas ideas
nutridas por sangres propias
(sangres hoy hechas bandera).
Tus heridas, mis dolores;
tus victorias, mi esperanza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario